
SAN JOSE DE OCOA.- En la década de los años 70, cuando el béisbol amateur brillaba con fuerza en el sur del país, San José de Ocoa fue cuna de talentos que hicieron historia en los estadios polvorientos y vibrantes de la región. Entre ellos, uno destacaba con luz propia: Chichi Pablo Encarnación, conocido por todos como “Lamparita”.
Su apodo, chispeante como su juego, le calzaba perfecto. “Lamparita” era una figura magnética en el diamante, dueño de un guante fino que le valió el aprecio de compañeros y rivales. Sus “manos de seda” lo convirtieron en un símbolo del infield ocoeño, siendo aclamado por su elegancia a la defensa y su firmeza con el bate.

Bajo la guía del mánager Luis Báez, y luego del recordado Danilo Sánchez, Lamparita llevó su talento a múltiples estadios del sur, destacando en cada presentación con un juego consistente y apasionado.
Compartió terreno con grandes figuras del béisbol local como Radhames Sánchez, Cruz Martínez, Nen Encarnación, y por supuesto su propio mánager y compañero Luis Báez. En el montículo, formaron batería con lanzadores de la talla de Fermín Lara, Piro Sánchez y Orlando Vásquez, armando un equipo que marcó época en la historia deportiva de Ocoa.

Hoy, recordar a “Lamparita” no es solo evocar jugadas brillantes, sino rendir tributo a una generación dorada del béisbol sureño que jugó por amor al deporte y dejó una huella imborrable en la memoria colectiva de San José de Ocoa. Actualmente está Gloria del béisbol ocoeño reside en Los Estados Unidos con su familia.