La Iglesia católica inicia hoy la celebración de la Semana Santa sin la repartición de ramos, sin lavatorio de pies ni procesiones en las calles para recordar la pasión y muerte de Jesucristo, como medida para frenar la propagación del COVID-19.
La situación de crisis sanitaria por el coronavirus ha traído consigo numerosas medidas para tratar de frenar los casos de contagio, sobre todo, en los países más afectados.
Estas medidas han afectado a la Semana Santa 2020, por lo que se han visto cancelados los actos y eventos característicos de esta celebración religiosa, por ejemplo, las procesiones. Este año la tradicional festividad ha cambiado debido al llamado a recogimiento hecho por las autoridades y acogido por la iglesia universal como forma de prevenir el contagio del COVID-19 entre los fieles.
“Se van a ver condicionadas las expresiones públicas y masivas. Es una circunstancia muy difícil, pero que también se sabe necesaria”, expresó un miembro de la Iglesia Católica.
Por primera vez un Domingo de Ramos se celebra sin feligreses en los templos, que ordinariamente ondean las palmas alabando a Jesús en su entrada a Jerusalén, pero además es el inicio de la Semana Santa.
