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OCOA INFORMATIVA

¡Que pena que no lo sepamos cuidar!

25 abril 2021

Por: Yoni Cruz

Hacía muchísimo tiempo que no hallaba un río parecido a lo que era Masipedro en los años 70.

Después de muchas semanas con los sábados comprometidos con la docencia, no deseábamos otra cosa que hallar un río y lavar allí el cansancio que produce la ciudad y los compromisos. ¡Y nuestros deseos se cumplieron!

Lo hallamos en San Cristóbal. ¡Qué hermosura!

¿Ustedes se imaginan vivir al lado de un paraíso como este? Aguas limpias, con profundidades para todos los gustos y edades. Entre la montaña, fresquita siempre. ¡Allí nos fuimos!

Solo que los humanos somos asquerosos, destructivos e inconscientes. Allí, adonde es tan difícil llegar, debimos recoger desechos sólidos por doquier, llenamos varias bolsas gigantes de plástico, vidrio, latas de cervezas, foam y hasta pañales de bebé. ¡Indignante!

Beben y comen, pero no son capaces de recoger su basura, y llegan otros visitantes a disfrutar lo que la Naturaleza regala, y se expone a la contaminación, el sucio y al peligro de una herida con un vidrio.

Lo penoso: llegar a nuestro destino, y hallar que los visitantes que solo disfrutan de la belleza de lugar, pero que van y la c…. la ensucian. Nos tuvimos que disponer a recoger los desechos que otros dejaron. Como si nos les importara, muchos visitantes dejan en la naturaleza una parte de lo que son:

Pero una vez el ejercicio de limpiar lo que los asquerosos habían dejado allí, nos dedicamos a cocinar, a disfrutar del lugar y la compañía.

Y cuando empezaron a lanzarme agua, ¡no contaban con mi experiencia!

Celebramos el cumpleaños de Deborah, que había pedido que fuera en un río, con jaibas y en compañía de amigos ¡Que hermoso es nuestro país! ¡Que pena que no lo sepamos cuidar!

Como despedida, la luna nos guiñó el ojo por encima de la montaña.

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