Por: Rafael Read Velázquez
Cuándo en la provincia se daban los primeros pasos en la Hostelería ahí estaban ellos. Cosa de Titanes y atrevidos para la época en que dieron el paso al frente.
Iniciaron en unas habitaciones ubicadas en la parte trasera de su casa familiar sorteando todo tipo de obstáculos y trabajando duro y casi sin descanso por décadas.
Hoy poseen unos de los alojamientos más importantes de esta hoy provincia de San José de Ocoa, «Casa de Huéspedes San Francisco».
En él y en su esposa, Doña Martha, se conjugaba en tiempo presente el verbo amar traducido esto en un trato exquisito, de respeto salpicado de un ambiente familiar que se sentía desde el primer momento que pisabas su negocio. Esta inversión familiar abrió muchas puertas y además en su alojamiento estaba siempre presente ese espíritu que caracteriza a los Ocoeños de trabajo y de buen corazón.
Recordaré con mucho cariño su trato y visitas que nos hacía cuando a la sazón trabaja en la oficina de Ecoturismo siempre con su visión de progreso a pesar de su edad objetivo este que nunca abandonó.
Nos queda una columna viva y firme que sé que sabrá continuar este viaje su esposa Doña Martha de Montilla para quién le doy mi abrazo solidario en este duro momento para ella y todos en la Familia por esta irreparable perdida de Don Pascual Montilla quién hoy nos deja físicamente pero que su legado de honradez trabajo, padre ejemplar y buen esposo además de un ocoeño que nos prestigia con su dilatada vida empresarial en esta provincia de San José de Ocoa quedará vigente, legado que habrá que preservar responsabilidad de quiénes continuarán el camino trillado y labrado por él.
Para todos en la familia mis más sinceras condolencias y para mi amiga de larga data Nancy Montilla, su hija, decirle que en medio de este dolor debes sentirte muy bien por la calidad de padre que Dios te concedio hasta el día de hoy que fue llamado a los brazos del Señor. Te queda Tú madre llena de amor y cariño a la que desde acá pido al altísimo por la salud de ella.
Creo que este pensamiento filosófico describe muy bien su personalidad, trato, visión y constancia:“Somos lo que hacemos día a día; de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito”. Aristóteles.
Adiós Don Pascual hará usted mucha falta.
