Saltar al contenido
OCOA INFORMATIVA

Languidecen los ríos de Ocoa; consumo humano y uso en riego de plantaciones agrícolas los están secando

20 abril 2021

Por: Frank Casado

SAN JOSE DE OCOA.- Los ríos y cursos de agua de todo el mundo, sustento vital de los ecosistemas, se están secando debido al consumo humano y al cambio climático. Como consecuencia, la variabilidad natural de los cursos fluviales y las redes alimentarias se ven alteradas.

Cuando la sequía se intensifica, aumenta la necesidad de agua para el riego y otros usos agrarios y esto ejerce un fuerte impacto sobre el caudal natural del río. Según los científicos, el resecamiento natural debido a las sequías no es un efecto humano, pero la toma de agua de los ríos durante una sequía sí lo es, y puede tener consecuencias a largo plazo.

Vemos hoy, y como siempre lo ha sido, un preocupado por el Medio Ambiente, al Lic. Milciades Mejia, nuestro Milcio, elevar su voz al observar una foto tomada  por el Ing. Teodoro Mejia, que muestra lo poco que queda del Rio Banilejo, a la altura de la Isleta en el Distrito Municipal El Pinar.

«Así está hoy el río Banilejo a la altura de La Isleta, San José de Ocoa, un cauce lleno de arena y grava fruto de la erosión de las montañas, está prácticamente seco, una tragedia ambiental que muestra el camino por donde van transitar todos nuestros ríos y arroyos. En esta época de pocas lluvias, el poco caudal es utilizado para irrigar las plantaciones de aguacate, ni el caudal ecológico lo respetan». escribe Milcio.

Hay dos razones principales por las que disminuye el caudal de un río de forma natural, la primera: el nivel de deforestación de las cuencas altas, y la segunda: cambios en los sistemas de precipitación pluvial. A esto hay que agregar, y muy específicamente en nuestra provincia, la forma en que se represan para el uso de plantaciones diversas, y muy repetidamente para la siembra de aguacates.

En la provincia de Ocoa en los años 70s podíamos bañarnos, nadar y pescar en los siguientes ríos con aguas cristalinas: Rio Ocoa, Rio Nizao, Rio Banilejo, Rio Mahoma, también contábamos con el Arroyo de Parra, Arroyo Prieto y otros arroyos. ¿Cuántos de los ríos mencionados en estos momentos tienen suficiente agua, en cuantos podemos bañar, nadar y pescar? en un periodo de 50 años, nos hemos quedado casi sin ríos en la provincia. Parece mucho tiempo, pero debemos recordar que la casi totalidad del agua que consumimos en nuestros municipios y distritos se toma de los acuíferos y sin ríos, los acuíferos tienden a desaparecer.

Nuestro Rio Nizao, afluente del que dependen las presas Jigüey, Aguacate, Las Barías y Valdesia, ha dejado de ser “una corriente de aspecto enfurecido que parece estar barriendo todo lo que encuentra ante sí”, como lo describiera David Dixon Porter, en su Diario de una misión secreta a Santo Domingo (1846), catalogado entre los primeros cuatro principales de nuestro País, por su altura en su nacimiento, y el Rio Ocoa, en la octava posición; hoy languidecen ante la vista de todos.

Se hace necesario que los sectores que compiten por el agua del río, como la producción agrícola y los usos recreativos, tienen que avenirse a un uso razonable de los ríos y cursos que no sólo contemple el futuro inmediato, sino que tengan también en cuenta los efectos a largo plazo de su uso.

IMG-20221107-WA0032