Por Nóbel Mejía
Si revisamos la boleta propuesta para las elecciones de febrero 2020 en el municipio Sabana Larga, una cosa es cierta y llama la atención: el joven periodista y dirigente político Julio Lluberes es una opción totalmente nueva y diferente. El candidato a la alcaldía representando a La Fuerza del Pueblo (LFP) es un activo de esa comunidad y, por cuestiones lógicas, tiene poca o ninguna tasa de rechazo.
Lluberes tiene la tarea titánica de enfrentar al exalcalde Pedro Antonio Castillo (pedritín), un hueso duro de roer y una de las mejores fichas del Partido Revolucionario Moderno (PRM) en San José de Ocoa. La gestión de Castillo es valorada por muchos entre buena y excelente. Le pisa los talones el otrora alcalde Milton Brea (petro), candidato respaldado por la poderosa maquinaria peledeísta. Sumar a eso que el también exalcalde Robert Martínez ofreció su apoyo a Pedritín.
Julio puede encontrar base de apoyo en la juventud, los nuevos votantes y los sectores conservadores del municipio Sabana Larga. El Partido de Los Trabajadores Dominicanos (PTD), ahora Fuerza del Pueblo (LP), recibe la inyección de los leonelistas y eso es mucho decir.
LLuberes es una persona joven, sociable, visionario, emprendedor y progresista. Su labor como periodista preocupado le hace conocedor de las entrañas del pueblo y las adopciones correctivas para las principales problemáticas de su comunidad. Aparte de contar con sobradas relaciones dentro y fuera del país, característica de soporte para atraer apoyo externo.
Corresponde al soberano decidir entre la sangre nueva y la vieja. Por buena o mala suerte para Lluberes, el pueblo está hechizado por la maldición de «es mejor un malo conocido que un bueno por conocer». Una verdadera tragedia de la ideosincracia dominicana.