Por: Frank Casado Arias
SAN JOSE DE OCOA.- A la corta o a la larga, cae el burro con la carga. Así iniciamos una conversación con el Sr. Darío Martínez, conocido como «el vendedor de escobas», al toparnos con él en una céntrica calle de este municipio.
Luego de un ajetreado día, en el que la venta de las escobas no ha sido el mejor, Darío Martinez, oriundo de Las Lagunetas, descansa para darse un «sorbo» de agua, antes de reiniciar su camino.
Señor Darío como fabrica usted las Escobas?, le pregunté.
«Las escobas tradicionales, como éstas, se fabrican en materiales como guano (nombre dado a varias palmas originarias del Caribe), palma cana, hierbas verdes (escobas dulces), maravelí, tirigüillo (ramillete de la fruta de la palma) y otras ramas secas. Los 3 últimos tipos se usan en los patios».
con esta inteligente explicación, corrí a buscar donde brindarle asiento para que siga descansando, mientras terminara su botella de agua, con la finalidad de seguir con mis preguntas.
Y donde usted vive¨?.- Desde cuándo fabrica escobas?
«Vivo en Las Lagunetas, y tengo toda mi vida fabricando escobas, que luego salgo al pueblo a vender, para poder mantener a mi familia. y a veces, vendo también huevos de Pava y alguna gallinita criolla que crio en mi patio.»
«Ya vendo muy pocas, antes se vendían muchas y pude mantener a mi familia, pero si bien en muchos patios, especialmente de las zonas rurales, se pueden encontrar aún estas escobas, poco a poco han sido sustituidas por escobas y escobillones plásticos, de precio más elevado pero, igualmente, de mayor resistencia y duración». Se lamenta Don Darío, quien al acabar su botella de agua, se levanta de su silla, toma la soga de su burro y se despide de mi: «Gracias por esa agua fresca, mi hijo». dejándome una gran historia de enriquecedoras sabidurías.
«Vendiendo escobas he descubierto que en este camino el único gran peligro es dejar de andar». me decía al alejarse de mi.
Las Lagunetas, comunidad de San José de Ocoa, a unos escasos cuatro kilómetros del sector mas populoso de este municipio, el sector San Antonio, dónde la mayoría de sus habitantes viven fruto de su trabajo tesonero, es una comunidad donde todavia, a éstas alturas de la modernidad, no recibe energía eléctrica.