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OCOA INFORMATIVA

Puente Golden Gate, eterno ícono de San Francisco

18 septiembre 2021

Piense en San Francisco y seguro que lo primero que le viene a la mente es su famoso puente colgante anaranjado. Escenario de películas, de millones de fotos y uno de los lugares más visitados del mundo, el puente Golden Gate se ha convertido, desde su estreno en 1937, en el símbolo indiscutible de la ciudad.

Visitarlo es muy fácil y puede llegar allí en autobuses turísticos, auto o bicicleta. Sus elevadas torres se ven imponentes desde muchas zonas de la ciudad, pero depende de la niebla, a veces estando allí mismo, podrá verlo completo o tener la sensación de que son altas que llegan al cielo y se esconden con las nubes.

El Golden Gate, uno de los ejemplos más grandes del estilo Art Deco, es considerado el puente colgante más famoso del mundo y une la península de San Francisco con el Condado de Marín. Su nombre, que nada tiene que ver con el color con que está pintado, se le dio por el estrecho sobre el que está construido.

El puente, que recibe anualmente millones de visitantes, puede recorrerse a pie, en bicicleta o en silla de ruedas, pero no es permitido los patines o patinetas. El paso para todas esas opciones es gratuito y los automóviles pagan peaje.

Mirador en el Golden Gate Bridge.(Gregorio Mayí / Especial para GFR Media)
Mirador en el Golden Gate Bridge.(Gregorio Mayí / Especial para GFR Media)

Su construcción, autorizada en el 1928, fue una manera de aliviar el tránsito cada vez más grande, debido al aumento de la población y tuvo un costo de $35 millones. El ingeniero Joseph Strauss, estuvo a cargo de la obra, realizada finalmente entre 1933 y el 1937. Al inaugurarse fue el puente más largo y alto y actualmente es el número 14 más alto del mundo.

Al visitarlo

Un buen punto de comienzo es en la zona donde está el Centro de Visitantes, y de paso conocer más de la historia del puente, y ver la torre de prueba original usada en 1933, pasando luego a la plazoleta donde puede primero disfrutar de una de las más impresionantes vistas de una parte de la ciudad y la majestuosa bahía. Allí está también el histórico Fort Point, construido en 1861 y usado como fuerte militar para cuidar la ciudad.

El paso por el puente Golden Gate es imperdible al visitar San Francisco. (Gregorio Mayí / Especial para GFR Media)
El paso por el puente Golden Gate es imperdible al visitar San Francisco. (Gregorio Mayí / Especial para GFR Media)

Las primeras fotos son obligadas allí, en la plazoleta en niveles y con el puente de fondo, pero a medida que se camina por sus 1.7 millas (2.7 kilómetros), vendrán docenas de fotografías donde querrás perpetuar tu visita a este lugar. La bahía, con cruceros y barcos de todos los tamaños (muchos de ellos haciendo el cruce puramente turístico), las casas en colina a lo lejos y hasta la Isla de Alcatraz, pueden verse perfectamente desde lo alto.

Eso sí, es buena idea llevar ropa en capas, porque, aunque la temperatura de San Francisco es perfecta y ronda casi todo el año los 70 grados Fahrenheit, puede hacer mucho viento y sentirse bastante frío mientras se cruza. En cuanto a la preocupación que existe sobre la seguridad del cruce peatonal, debido a la cantidad de carros que lo cruzan, (unos 40 millones anualmente), hay sólidas vallas protectoras.

Una vez en el puente, se dará cuenta de la magnitud de esta maravilla arquitectónica, una que ha resistido ya varios terremotos. Sus arcos, que marcan la entrada a la bahía de San Francisco le darán la bienvenida, y el punto culminante llegará pasando las torres gemelas, con 746 pies de altura. Para sostener la calzada suspendida de este puente hay dos cables, cada uno de más de 7,000 pies de largo y ambos contienen 80,000 millas de alambre. Estos se extienden sobre la parte superior de las torres y están anclados en anclajes de concreto en la costa. Si siente curiosidad por saber cuánto pesa esta colosal obra, son 840 millones de libras.

Vistazo a la entrada peatonal del Golden Gate Bridge en San Francisco. (Gregorio Mayí / Especial para GFR Media)
Vistazo a la entrada peatonal del Golden Gate Bridge en San Francisco. (Gregorio Mayí / Especial para GFR Media)

Aunque para algunos se ve rojo, en realidad el color que tiene se llama “anaranjado internacional”, pero la idea al construirlo no era esa. Fue al pintarlo con “primer” para protegerlo del salitre del Pacífico que les gustó como se veía y se decidió dejarle ese color, otro elemento que lo ha convertido en una estructura única.

Aunque es el puente más famoso de San Francisco, y uno de los más conocidos del mundo, no es el más grande de la bella ciudad. Ese mérito lo ostenta el Bay Bridge.

Eso sí, es buena idea llevar ropa en capas, porque, aunque la temperatura de San Francisco es perfecta y ronda casi todo el año los 70 grados Fahrenheit, puede hacer mucho viento y sentirse bastante frío mientras se cruza. En cuanto a la preocupación que existe sobre la seguridad del cruce peatonal, debido a la cantidad de carros que lo cruzan, (unos 40 millones anualmente), hay sólidas vallas protectoras.

Una vez en el puente, se dará cuenta de la magnitud de esta maravilla arquitectónica, una que ha resistido ya varios terremotos. Sus arcos, que marcan la entrada a la bahía de San Francisco le darán la bienvenida, y el punto culminante llegará pasando las torres gemelas, con 746 pies de altura. Para sostener la calzada suspendida de este puente hay dos cables, cada uno de más de 7,000 pies de largo y ambos contienen 80,000 millas de alambre. Estos se extienden sobre la parte superior de las torres y están anclados en anclajes de concreto en la costa. Si siente curiosidad por saber cuánto pesa esta colosal obra, son 840 millones de libras.

Vistazo a la entrada peatonal del Golden Gate Bridge en San Francisco. (Gregorio Mayí / Especial para GFR Media)
Vistazo a la entrada peatonal del Golden Gate Bridge en San Francisco. (Gregorio Mayí / Especial para GFR Media)

Aunque para algunos se ve rojo, en realidad el color que tiene se llama “anaranjado internacional”, pero la idea al construirlo no era esa. Fue al pintarlo con “primer” para protegerlo del salitre del Pacífico que les gustó como se veía y se decidió dejarle ese color, otro elemento que lo ha convertido en una estructura única.

Aunque es el puente más famoso de San Francisco, y uno de los más conocidos del mundo, no es el más grande de la bella ciudad. Ese mérito lo ostenta el Bay Bridge.

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