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OCOA INFORMATIVA

Muere a los 103 años Kirk Douglas, uno de los iconos de Hollywood

6 febrero 2020

LOS ÁNGELES, EEUU.- Kirk Douglas fue sin duda uno de los mayores iconos de Hollywood, pero la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas le dio la espalda hasta en tres ocasiones en las que fue candidato como mejor actor al Óscar, premio que finalmente recibió a título honorífico en 1996.

Su primera nominación le llegó con la historia de boxeo «Champion» (1949), aunque la estatuilla fue a parar a Broderick Crawford por «All the King’s Men» en una edición en la que también aspiraban al premio Gregory Peck por «Twelve O’Clock High» y John Wayne por «Sands of Iwo Jima».

Las Vegas (United States), 31/05/1954.-. EFE/EPA/LAS VEGAS NEWS BUREAU /

La segunda tentativa fue gracias al implacable análisis de la industria del cine desde su interior en «The Bad and the Beautiful» (1952), aunque el trofeo se lo llevó Gary Cooper por «High Noon» frente a otros nombres como Marlon Brando («Viva Zapata!») o Alec Guinness («The Lavender Hill Mob»).

«Lust for Life» (1956), dando vida al pintor Vincent Van Gogh, tal vez le brindó la más clara ocasión de alzarse con la figura dorada.

Sin embargo, Yul Brynner se impuso con «The King and I» en el año que vio una candidatura póstuma para James Dean por «Giant» y una nominación para Laurence Olivier, su futuro compañero de reparto en «Spartacus», por «Richard III».

A pesar de esos reveses, Douglas, con 79 años, recogió orgulloso el Óscar honorífico que le entregó la institución décadas después de que el actor ofreciera sus mejores trabajos. Y lo hizo apenas dos semanas después de haber sufrido una trombosis que le afectó el habla.

«Veo a mis cuatro hijos. Están orgullosos del viejo», dijo el intérprete del «hoyuelo de oro» desde el escenario del Dorothy Chandler Pavilion de Los Ángeles, donde unas filas más abajo Michael Douglas no podía dejar de sonreír y aplaudir.

«Y yo también lo estoy. Orgulloso de ser parte de Hollywood durante 50 años. Pero esto es para mi esposa, Anne. Te quiero. Os quiero a todos y os doy las gracias por estos 50 maravillosos años», añadió tras recibir el premio de manos de Steven Spielberg.

La Academia indicó entonces que le hacía entrega del Óscar por su trayectoria, por «50 años de fuerza creativa y moral en la comunidad cinematográfica». Y el propio Spielberg resaltó su labor decisiva para «hacer trizas» la caza de brujas en Hollywood.

De hecho, en su libro «¡Soy Espartaco!», publicado en 2012, Douglas narraba las dificultades que tuvo que sortear durante el rodaje de aquella mítica producción, cuando el senador Joseph McCarthy atemorizaba a los cineastas estadounidense incluidos en su lista negra de comunistas.

Hollywood (United States), 06/02/2020.-. EFE/EPA/JOHN G. MABANGLO

«Esa caza de brujas destruyó vidas y carreras, y yo hice Espartaco con un guionista -Dalton Trumbo- que estaba incluido en la lista negra y que tuvo que esconderse tras un pseudónimo para encontrar trabajo», explicó Douglas durante el lanzamiento de la obra.

Para Issur Danielovitch Demsky, nombre real de Douglas e hijo de emigrantes ruso-judíos que abandonaron Moscú a comienzos del siglo XX, obtener el Óscar suponía la culminación de un sueño que había dado por perdido mucho tiempo atrás.

Lo pudo haber logrado antes por papeles que rechazó y que dieron la gloria a Lee Marvin’s «Cat Ballou» (1965) y William Holden «Stalag 17» (1953). Douglas admitió su arrepentimiento por haber dejado pasar esas opciones en el libro «Let’s Face It: 90 Years of Living, Loving and Learning».

Pero supo saborear aquel triunfo personal.

Era el éxito de un tipo que sobrevivió a la II Guerra Mundial como combatiente y a un accidente de helicóptero cinco años antes de levantar el premio de la Academia. Él mismo era la prueba de que en Estados Unidos, ese país que le acogió con los brazos abiertos, cualquier persona, «independientemente de su raza, credo o edad», como dijo en su 90 cumpleaños, puede disponer de una oportunidad para triunfar.

Incluso los que empiezan sin nada, como fue su caso.

«He ganado muchos premios en mi vida», admitió Douglas al diario Los Angeles Times horas antes de recoger su Óscar, «pero estoy particularmente satisfecho de éste. Siempre es genial ser reconocido por tu propia industria. Eso lo hace especialmente significativo».

El último superviviente de la época dorada

La muerte de Kirk Douglas a los 103 años dejó a Hollywood huérfano de una de sus mayores leyendas, el último superviviente de su época dorada, aquella que le convirtió en un icono que este miércoles recuerdan directores, intérpretes, estudios y otras instituciones del mundo del cine.

Desde celebridades de su propia familia, como su hijo Michael Douglas y su nuera Catherine Zeta-Jones, a cineastas de la talla de Steven Spielberg o instituciones como la Academia de Hollywood han querido rendir homenaje al actor, que fue un referente para toda una generación dentro y fuera de la gran pantalla.

«Adiós a una leyenda de Hollywood», escribió la Academia en sus perfiles oficiales, con una fotografía de Douglas en la cinta «Spartacus» (1960) y una cita del intérprete en la que hablaba sobre su pasión por la actuación.

La mala noticia llegó, precisamente, cuatro días antes de que esta institución entregue los prestigiosos Óscar en la gran fiesta del cine. Unos premios que Douglas nunca ganó como actor, aunque aspiró en varias ocasiones, pero que le rindieron un homenaje en 1996 con una estatuilla honorífica.

Justo esa mañana, cientos de trabajadores y periodistas trabajaban a contrarreloj en el mítico Paseo de la Fama, pero la muerte de Douglas se apoderó de las conversaciones durante los preparativos para la ceremonia del domingo, que previsiblemente incluirá una mención al fallecido.

En ese momento, su hijo Michael publicaba unas palabras: «Para el mundo, fue una leyenda, un actor de la edad dorada del cine (…), un ser caritativo cuyo compromiso con la justicia y las causas en la que creyó sentaron un estándar al que aspirar todos. Pero para mí y mis hermanos era simplemente papá».

Poco después, su nuera Catherine Zeta-Jones, con quien Douglas subió al escenario de los Globos de Oro de 2018 para recibir un homenaje, le decía «te amaré por el resto de mi vida, ya te extraño», con una foto en la que aparece dándole un beso.

Asimismo, el cineasta Steven Spielberg alabó que Douglas conservara «su carisma de estrella de cine hasta el final de su maravillosa vida».

«Me honra haber sido una pequeña parte de sus últimos 45 años. Extrañaré sus notas escritas a mano, cartas y consejos paternos, y su sabiduría y coraje -que van más allá de un trabajo tan impresionante- son suficientes para inspirarme para el resto del mío», aseguró a la revista The Hollywood Reporter.

Entre otros motivos por los que la industria cinematográfica recordará a Douglas está el hecho de que cambió las reglas del juego, pues decidió moverse por libre en la meca del cine cuando aún primaba el «star-system» dirigido por los grandes estudios al fundar su propia compañía productora, para rodar y financiar sus propias películas en un momento en el que los contratos comenzaron a volverse demasiado abusivos.

Aún así, estudios míticos de la historia del cine recordaron su legado.

«El ícono de la pantalla y la leyenda de Hollywood, Kirk Douglas, murió a los 103 años. El actor y productor tuvo 75 películas con su nombre, incluida la trascendental «Spartacus», y numerosos premios. Lo recordamos hoy por su valiosa contribución al cine y la industria del cine», escribió la Paramount en su perfil institucional de Twitter.

La estrella de «Star Trek» William Shatner exclamó «¡que icono tan increíble era él en esta industria», mientras que su compañero George Taikei prometió «que será extrañado», ya que era una persona «adorada y amada».

Por su parte, el actor Rob Reiner lo situó «para siempre» en «el panteón de Hollywood».

Una de las claves del legado de Kirk Douglas, y que hoy muchos resaltaron en sus perfiles y despedidas sobre el actor, fue la huella que dejó más allá de los sets de rodaje.

Por ejemplo, Mitzi Gaynor, que compartió escena con Douglas en la comedia romántica «For Love or Money» (1963) celebró su vida con un «bravo», y agradeció su «generosidad» por compartir el talento que tenía.

«La película que hicimos juntos siempre tendrá un lugar especial en mi corazón», prometió. EFE

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