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Juan Bosch: visionario político y maestro de la organización

7 mayo 2024

Los partidos no se construyen para llegar al poder, los partidos se construyen para representar a la sociedad; el poder es una coyuntura, no un fin. El viejo, el maestro de siempre, el profesor Juan Bosch, a la edad a la que muchos se retiran, él empezó a construir una utopía. Hizo una organización con sus propias manos, le echaba agua como a una flor, le extirpaba sus malezas con determinación. 

A sus seguidores les decían soñadores, locos, y todo tipo de denuestos. No entendían que una organización política cuyo fin sea transformar a la sociedad no se podía hacer con todo el mundo. Por eso luchó hasta que su mente se lo permitió en cuidar la disciplina y los métodos de trabajo. El viejo era reacio al grupismo, sabía que esa práctica de la baja pequeña burguesía minaría su obra. De Juan Bosch aprendí muchas cosas, es un pensamiento obligado para entender la sociedad. Es el sociólogo político ideal, recoge todo el pensamiento político universal, sin caer en dogmatismo. Era marxista, porque ser marxista es ser un científico social. 

Bosch, en esta coyuntura que vivimos, estoy más que seguro de que el poder le sería indiferente. Se enfocaría más en organizar al pueblo en todas sus capas sociales. Al final, un pueblo sin organización afila el hacha para su propio cuello. A Bosch lo citamos tantas veces, pero pocos lo entienden. Fue el más grande estratega de la organización política. Hoy sus discípulos han estado buscando la lámpara que los ilumine, pero están como en el mito de la caverna de Platón: no encuentran la luz porque viven entre sombras. Lo más seguro es que el partido de Bosch los hubiera quemado, nunca les hubiera dado la categoría más alta, la de ser miembros.

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